
Denominaciones de Origen de Galicia: guía esencial de sus cinco grandes vinos
Las Denominaciones de Origen de Galicia representan la esencia del vino gallego. Descubre cómo se han forjado y qué distingue a cada una de ellas.
Denominaciones de Origen de Galicia: un legado vinícola
Galicia ha cultivado vides desde hace más de dos milenios, cuando los romanos introdujeron la viticultura en este rincón del noroeste peninsular. Durante la Edad Media, los vinos gallegos ganaron fama en las cortes europeas y, tras superar la crisis de la filoxera, la región apostó en el siglo XX por la calidad. De esa etapa nacieron las cinco Denominaciones de Origen de Galicia, pilares de identidad y prestigio en el sector vinícola español.
Una Denominación de Origen (DO) garantiza que el vino se elabora en un territorio concreto, con variedades tradicionales y bajo controles de calidad rigurosos. En Galicia, este sistema protege la autenticidad y fortalece el valor económico de cada zona productora.
Ribeiro: la tradición más antigua
La D.O. Ribeiro, creada en 1932, es la más veterana de Galicia. Situada en Ourense, en los valles de los ríos Miño, Avia y Arnoia, destaca por su clima atlántico con matices mediterráneos y suelos graníticos.
Su emblema son los blancos frescos y aromáticos, con la Treixadura como protagonista, aunque sus tintos autóctonos —Sousón o Brancellao— ganan cada vez más reconocimiento.
Valdeorras: cuna del godello
En el oriente ourensano se encuentra la D.O. Valdeorras, oficial desde 1945 pero con raíces romanas. Con suelos de pizarra y un clima continental-oceánico, esta denominación es la cuna del godello, variedad que ofrece vinos minerales y estructurados.
Valdeorras es además la única denominación gallega donde los godellos deben ser elaborados al 100% con esta uva, sin mezclas permitidas.
Ribeira Sacra: viticultura heroica
La D.O. Ribeira Sacra, reconocida en 1996, es célebre por sus viñedos en terrazas imposibles sobre los cañones del Sil y el Miño. Esta viticultura heroica, heredada de romanos y monjes medievales, da lugar a vinos con personalidad marcada.
El Mencía es la uva estrella, responsable de casi el 90% de la producción, aunque también se elaboran blancos de gran frescura con godello y albariño.
Rías Baixas: el reino del albariño
Creada en 1988, la D.O. Rías Baixas es la denominación que internacionalizó el vino gallego gracias al Albariño. Sus cinco subzonas —Valle de Salnés, Condado de Tea, O Rosal, Soutomaior y Ribeira do Ulla— ofrecen matices diversos, aunque todas comparten la cercanía al Atlántico y suelos graníticos.
Con más de 4.300 hectáreas y 179 bodegas, esta DO es hoy el motor exportador del vino gallego.
Monterrei: la más joven y exclusiva
La D.O. Monterrei, reconocida en 1994, se ubica en el sur de Ourense, a orillas del río Támega. Aunque la filoxera arrasó sus viñedos en el siglo XIX, en las últimas décadas ha resurgido con fuerza.
Sus vinos más representativos son los blancos de godello y los tintos de mencía, elaborados en menos de 30 bodegas que trabajan en dos subzonas: Valle y Ladera de Monterrei.
Una identidad vitivinícola única
Las cinco Denominaciones de Origen de Galicia no solo garantizan calidad, también salvaguardan tradiciones, variedades autóctonas y una forma de entender el vino ligada al territorio.
Desde el histórico Ribeiro hasta el joven Monterrei, cada denominación ofrece un estilo propio que contribuye a situar a Galicia en el mapa mundial del vino.
