Brownies de chocolate caseros: receta irresistible y fácil para amantes del cacao. Una delicia de chocolate en cada bocado
Si hay un postre que enamora por igual a grandes y pequeños, ese es el brownie de chocolate. Con su textura húmeda, sabor intenso y preparación sencilla, esta receta se ha convertido en un clásico imprescindible en cualquier recetario de repostería casera.
Hoy te mostramos cómo prepararlo paso a paso para conseguir un resultado jugoso, cremoso y muy tentador, ideal para disfrutar solo o acompañado… y sí, también con una buena copa de vino.
Utensilio esencial: Molde cuadrado de 20 cm
En un cazo a fuego medio, derrite el chocolate negro junto con la mantequilla. Remueve constantemente hasta obtener una mezcla suave y homogénea. Retira del fuego.
Añade tanto el azúcar blanco como el moreno. Mezcla bien hasta que se integren por completo.
Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición para lograr una textura sedosa.
Tamiza la harina de trigo junto con el cacao en polvo y mezcla con la preparación anterior hasta que no queden restos secos visibles.
Precalienta el horno a 180 ºC (calor arriba y abajo). Engrasa y forra el molde, vierte la masa y alísala con una espátula.
Cocina durante 20-25 minutos. El centro debe estar húmedo pero no líquido; al pinchar con un palillo, debe salir ligeramente manchado.
Deja enfriar al menos 20 minutos antes de desmoldar. Puedes servirlo templado, frío o incluso con una bola de helado de vainilla para un contraste perfecto.
El intenso sabor del brownie de chocolate marida a la perfección con vinos tintos estructurados y de buena acidez. Un excelente compañero es un Oporto Ruby joven, que aporta dulzor, cuerpo y notas frutales que equilibran el amargor del cacao. Si prefieres vinos tranquilos, un Merlot o un Tinto Dulce de Pedro Ximénez serán opciones sublimes.
Para los más aventureros, un vino tinto de Priorat con sus matices minerales y frutales os dará una experiencia más intensa y compleja.
Más allá de lo sencillo de su preparación, el éxito de estos brownies está en su textura única: crujiente en los bordes y extremadamente húmeda en su interior. Se adaptan a cualquier ocasión, desde una merienda informal hasta el broche de oro de una cena especial. Además, su versatilidad permite combinarlos con frutas, cremas o vinos, según el gusto de cada comensal.
¿Lo mejor? Sólo necesitas un cazo, un molde y media hora de tu tiempo para lograr un resultado de pastelería profesional en casa.