antioxidantes en el vino
Los antioxidantes en el vino son reales y qué beneficios tienen para tu salud según la ciencia

Antioxidantes en el vino: ¿realmente existen y son beneficiosos?

Carlos Fernández 10/06/2025 Salud y Bienestar

Muchos hablan del vino como fuente de antioxidantes, especialmente el vino tinto, y lo colocan casi como un «elixir de la juventud». Pero, ¿qué tan cierto es esto? ¿Qué antioxidantes en el vino están realmente presentes y qué rol juegan en nuestro organismo?

En este artículo exploramos los principales compuestos antioxidantes presentes en el vino, desde los famosos polifenoles hasta el reverastrol, y analizamos qué dice la ciencia sobre sus efectos reales en la salud cardiovascular, el envejecimiento celular y otras áreas del bienestar.

Si eres amante del vino o simplemente te interesa cuidar tu salud, este recorrido te ayudará a entender mejor el potencial (y los límites) de los antioxidantes en el vino.

Antioxidantes en el vino: ¿moda o ciencia?

En las últimas décadas, el vino —especialmente el tinto— ha ganado protagonismo en los debates sobre salud. No son pocos los titulares que lo presentan como un aliado del corazón o un remedio natural contra el envejecimiento.

Esta fama se debe en gran medida a su contenido de antioxidantes, compuestos que ayudan a neutralizar los radicales libres en el organismo. Pero ¿cuáles son esos antioxidantes en el vino y qué respaldo científico tienen sus beneficios?

¿Qué son los antioxidantes y por qué importan?

Los antioxidantes son moléculas capaces de retardar o prevenir el daño celular causado por los radicales libres. Este estrés oxidativo está asociado con múltiples enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y el deterioro cognitivo.

En términos simples, los antioxidantes funcionan como un “escudo químico” que protege nuestras células del envejecimiento prematuro y de enfermedades degenerativas.

Principales antioxidantes presentes en el vino

El vino, especialmente el tinto, contiene una amplia gama de antioxidantes derivados principalmente de la piel de las uvas, las semillas y, en menor medida, del proceso de fermentación. Entre los más destacados se encuentran:

1. Resveratrol

Probablemente el más famoso. Este polifenol se encuentra en la piel de las uvas tintas y ha sido ampliamente estudiado por su capacidad para mejorar la salud cardiovascular, reducir la inflamación y activar ciertas proteínas asociadas con la longevidad (como las sirtuinas).

No obstante, la cantidad presente en una copa de vino es mucho menor a la utilizada en estudios clínicos.

2. Quercetina

Un flavonoide que posee propiedades antiinflamatorias y antihistamínicas. Se asocia con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.

3. Catequinas y epicatequinas

Presentes también en el té verde, estos compuestos ayudan a mejorar la función vascular y la salud metabólica.

4. Taninos

Aunque se conocen más por su influencia en el sabor del vino, los taninos también tienen propiedades antioxidantes, además de contribuir a la longevidad del vino en botella.

¿Vino tinto vs. vino blanco?

El vino tinto supera al blanco en contenido de antioxidantes, principalmente porque el proceso de maceración con las pieles de la uva —donde se concentran la mayoría de los polifenoles— es más largo. El vino blanco, al fermentar sin piel, contiene menos cantidad de estos compuestos.

¿Cuánto vino hay que beber para obtener beneficios?

Aquí es donde la ciencia se pone estricta. Aunque el vino contiene antioxidantes, la cantidad necesaria para obtener un beneficio significativo es mucho mayor a lo que se consume en una copa. Por ejemplo, algunos estudios han estimado que habría que beber varias botellas de vino tinto al día para alcanzar la dosis de resveratrol usada en ensayos clínicos —lo cual sería contraproducente y riesgoso para la salud.

Por tanto, se recomienda el consumo moderado y responsable: una copa al día para mujeres y hasta dos para hombres, como máximo.

¿Qué dice la ciencia?

Varios estudios observacionales han asociado el consumo moderado de vino tinto con beneficios cardiovasculares. También se ha sugerido una posible mejora en la sensibilidad a la insulina, menor riesgo de demencia y reducción de inflamación.

Sin embargo, la mayoría de los expertos coincide en que estos beneficios pueden obtenerse también mediante una dieta rica en frutas, verduras, frutos secos y otros alimentos antioxidantes, sin necesidad de incluir alcohol.

¿Es el vino una fuente válida de antioxidantes?

El vino sí contiene antioxidantes, pero no debe ser considerado una fuente principal de estos. Su valor radica más en el disfrute sensorial, cultural y social, que en sus efectos para la salud.

Para quienes ya disfrutan de una copa con las comidas, el vino tinto puede aportar beneficios adicionales, pero no debería ser incorporado a la dieta exclusivamente por sus antioxidantes.

Disfrutar con moderación: el mejor consejo

El mensaje más sensato, respaldado por la ciencia y por organismos de salud pública, es claro: disfruta del vino con moderación y dentro de un estilo de vida saludable.

La suma de pequeños factores —una dieta balanceada, ejercicio regular y buenos hábitos— tiene mucho más impacto en tu salud que cualquier antioxidante aislado.

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