5 enemigos del vino que debes evitar al guardarlo en casa
Los enemigos del vino al guardarlo en casa pueden arruinar por completo una botella pensada para disfrutarse en su mejor momento.
Factores como la luz, la temperatura, la humedad o incluso la posición de las botellas influyen directamente en la conservación del vino.
Conocerlos y aprender a proteger tu colección es clave para mantener la calidad y evitar sorpresas desagradables.
1. La luz directa
La exposición del vino a la luz, especialmente la solar, acelera su envejecimiento y deteriora sus aromas. Por eso, es fundamental almacenar las botellas en un lugar oscuro o con iluminación controlada. Muchas bodegas utilizan botellas de vidrio oscuro precisamente para proteger el vino de este enemigo silencioso.
2. Las variaciones de temperatura
El vino es muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. Guardarlo cerca de la cocina, un radiador o cualquier fuente de calor puede ser fatal. La temperatura ideal de conservación oscila entre los 12 y 16 grados, manteniéndose siempre lo más estable posible.
3. La falta o exceso de humedad
La humedad es otro factor determinante. Si el ambiente es demasiado seco, los corchos pueden resecarse y dejar entrar aire, oxidando el vino. En cambio, si la humedad es excesiva, puede favorecer la aparición de moho. Lo recomendable es mantenerla entre el 65 % y el 75 %.
4. La posición incorrecta de las botellas
El vino con cierre de corcho debe guardarse en posición horizontal, de manera que el corcho esté en contacto con el líquido y no se seque. Esto evita filtraciones de aire y mantiene el sellado natural que protege al vino.
5. Los olores externos
El vino “respira” a través del corcho, lo que significa que puede absorber olores del entorno. Guardarlo en lugares cercanos a productos de limpieza, pinturas o alimentos con olores fuertes puede alterar su sabor y arruinar la experiencia de cata.
Mantener el vino en su mejor estado
Prestar atención a estos enemigos del vino al guardarlo en casa no solo protege cada botella, sino que también asegura que el momento de descorcharla conserve toda su esencia y calidad.
Con un espacio adecuado, lejos de riesgos y con condiciones controladas, el vino se mantiene fiel a su carácter original, listo para disfrutarse en el instante perfecto.
