
8 curiosidades sobre el vino que todo principiante debería saber
Descubre 8 curiosidades del vino que te harán ver cada copa con nuevos ojos. Datos divertidos e interesantes sobre el vino para sorprender a tus amigos.
Si estás comenzando a explorar el fascinante mundo del vino, seguro que ya has escuchado sobre tipos de uva, regiones vinícolas o notas de cata. Pero el universo vinícola esconde muchos secretos y anécdotas poco conocidas que pueden convertirte en el alma de cualquier conversación en una cena o cata informal.
En este artículo de Sabor Vino, te compartimos 8 curiosidades sobre el vino que todo principiante debería saber, para que aprendas, te diviertas y, de paso, eleves tu cultura vinícola sin esfuerzo.
1. El vino más antiguo conocido tiene más de 8000 años
Aunque Francia e Italia son los grandes referentes del vino moderno, los vestigios más antiguos de elaboración vinícola se encontraron en Georgia, datando del 6000 a.C. Allí, en vasijas de barro llamadas kvevri, fermentaban uvas silvestres, dando origen a una tradición milenaria que aún se practica.
2. Las lágrimas del vino no tienen nada que ver con la calidad
Ese rastro de gotas que desciende por la copa al agitar el vino se conoce como “lágrimas” o “piernas”. Muchos creen que indican un vino de alta calidad, pero en realidad están relacionadas con el contenido de alcohol y glicerol, y con un fenómeno físico llamado el efecto Marangoni.
3. El color del vino no depende del color de la uva
¿Sabías que casi todos los vinos tintos y blancos pueden elaborarse con las mismas uvas? El color se debe principalmente al contacto del jugo con las pieles de la uva. Por eso, uvas tintas como la Pinot Noir también pueden producir vinos blancos si se evita este contacto.
4. El vino fue parte de la medicina por siglos
En la Edad Media, el vino era considerado un remedio natural. Se usaba como antiséptico, digestivo y hasta como parte de pócimas curativas. Hipócrates, el padre de la medicina, recomendaba vino mezclado con agua para aliviar diversos males.
5. La temperatura lo cambia todo
Un mismo vino puede parecer ácido, plano o delicioso dependiendo de a qué temperatura lo bebas. Por eso los blancos suelen servirse fríos (entre 7 y 12 °C) y los tintos a temperatura ligeramente fresca (entre 14 y 18 °C), y no “a temperatura ambiente”, como se creía antes.
6. El corcho no siempre indica mejor calidad
Aunque el corcho natural tiene historia y encanto, muchos vinos de excelente calidad hoy se sellan con tapones de rosca. Este sistema moderno evita defectos como el temido “olor a corcho” y mantiene mejor la frescura, especialmente en vinos jóvenes.
7. El vino tiene su propio lenguaje
Terroir, bouquet, taninos, retrogusto… el vino ha generado un vocabulario que, aunque suene intimidante, es parte del encanto de aprender. Cada término ayuda a describir con mayor precisión lo que ocurre en la copa y en tu paladar.
8. Existen vinos azules, naranjas y hasta verdes
Más allá de los clásicos tintos, blancos y rosados, la innovación ha traído vinos de colores inusuales. Los vinos naranjas, por ejemplo, se elaboran con uvas blancas pero con contacto prolongado con sus pieles. El vino azul, aunque polémico, mezcla uvas con pigmentos naturales. Y sí, el vino verde (Vinho Verde) es un vino joven portugués que es en realidad blanco o rosado.
Brindis final: el vino también es cultura, historia y diversión
Conocer estas curiosidades no solo hará que disfrutes más cada copa, sino que te conecta con una de las tradiciones culturales más ricas del mundo. El vino no es solo una bebida: es historia líquida, identidad y placer.
Así que la próxima vez que descorches una botella, recuerda que estás participando en un ritual milenario… y que siempre hay algo nuevo por descubrir.
