vino del Vaticano

El vino riojano exclusivo del Vaticano: una historia de fe y tradición

Un vino de La Rioja se mantiene desde hace décadas como el único servido en actos oficiales del Vaticano. Su venta está prohibida.

Un vínculo único entre Rioja y el Vaticano

En el corazón de La Rioja, una bodega ha tejido durante más de dos décadas una historia que trasciende fronteras y se conecta con lo espiritual. La Bodega Heras Cordón, ubicada en Fuenmayor, es la única firma española que ostenta el título de proveedor oficial de vino de la Santa Sede, una distinción que muy pocos conocen y que se renueva pontificado tras pontificado.

Este privilegio comenzó en 2001 gracias al impulso de la recordada periodista Paloma Gómez Borrero y ha continuado con el beneplácito de Benedicto XVI y del actual Papa Francisco. Desde entonces, alrededor de 2.000 botellas al año son enviadas directamente al Vaticano, aunque ninguna de ellas está disponible en el mercado general.

Un vino reservado para lo sagrado

El vino seleccionado para el Vaticano pertenece a la DO Ca. Rioja y es elaborado especialmente para uso exclusivo en eventos oficiales de la Santa Sede. Su etiqueta, además de portar el escudo papal, lleva inscrita una cita bíblica en latín: “Misericordias Domini in aeternum cantabo” («Cantaré eternamente las misericordias del Señor»).

A diferencia de otros grandes vinos, este no se comercializa ni se exhibe en tiendas. Su distribución está estrictamente limitada al Vaticano y a algunas delegaciones diplomáticas vinculadas a la Iglesia católica.

En el último envío documentado, el vino correspondía a una añada crianza de 2014, aunque los detalles sobre su composición y evolución permanecen en discreción, contribuyendo al aura de exclusividad que lo rodea.

Exportaciones y reconocimiento internacional

A pesar de su uso restringido, Heras Cordón tiene una fuerte presencia internacional. La bodega exporta otros vinos de su catálogo a destinos como Filipinas, Corea del Sur, Malasia, Estados Unidos, Colombia, México y varios países europeos, consolidando su prestigio a nivel global.

Más allá de su proyección internacional, el vino destinado a la Santa Sede representa un símbolo de reconocimiento y respeto mutuo entre tradición vinícola y fe. Heras Cordón se convierte así en un referente singular dentro del panorama vinícola español, no solo por la calidad de sus elaboraciones, sino por su papel como custodio de un vino único, que no se compra ni se vende, pero que representa la esencia de un legado compartido.

Un legado reservado para la historia

La conexión entre el Vaticano y Heras Cordón trasciende lo comercial y se inscribe en una narrativa de autenticidad, respeto y solemnidad. En un mundo donde el lujo suele medirse por la accesibilidad, este vino de La Rioja demuestra que el verdadero valor puede residir en lo reservado, en lo que se ofrece con propósito y no con fines de mercado.

Este caso no solo enriquece la historia del vino español, sino que también añade un nuevo matiz a la ya compleja relación entre cultura, espiritualidad y tradición en torno al vino.

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