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España podría superar a Francia en producción de vino en 2025 tras la caída de la vendimia francesa por calor y sequía.

España podría superar a Francia en producción de vino tras una vendimia marcada por el calor

Carlos Fernández 12/09/2025 Economía

España se perfila como segundo productor mundial de vino en 2025 tras el desplome de la vendimia francesa por olas de calor y sequía.

España gana terreno en el mapa vinícola mundial

El panorama vitivinícola europeo vive un giro inesperado este 2025. Francia, tradicionalmente líder junto a Italia en la producción mundial de vino, afronta una caída significativa en su vendimia debido a las altas temperaturas y a la falta de lluvias que afectaron a sus principales regiones vitícolas. Según la oficina estadística del Ministerio de Agricultura francés (Agreste), la previsión de cosecha ha bajado hasta los 37,4 millones de hectolitros, lo que supone un 13% menos que el promedio de los últimos años.

De confirmarse estos datos, España adelantaría a Francia con una producción estimada en torno a 38 millones de hectolitros, algo que no ocurría desde 2013, de acuerdo con la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

Italia sigue intocable en el primer puesto

Mientras tanto, Italia mantiene su hegemonía como mayor productor de vino del mundo. Las previsiones oscilan entre los 44 y 48 millones de hectolitros, según distintas asociaciones del sector.

El dinamismo del país transalpino contrasta con las dificultades francesas y con una España que, aunque mejora posiciones, sigue sin alcanzar el volumen italiano.

El clima, el gran enemigo del viñedo francés

El verano ha sido especialmente duro en Francia. Las olas de calor adelantaron la maduración de las uvas y redujeron el rendimiento de los viñedos. Regiones como Burdeos y Languedoc-Rosellón han sufrido además una reducción de superficie cultivada, con más de 20.000 hectáreas de viñas arrancadas en los últimos años.

Aun así, la producción no es homogénea en todo el país: mientras Borgoña, Champaña y el Valle del Loira presentan cifras más optimistas, Alsacia y el Languedoc arrastran pérdidas notables.

Un sector en tensión: cambio climático y nuevos hábitos

La OIV ya había advertido del descenso del consumo mundial de vino, que a finales de 2024 cayó a niveles no vistos desde 1961. A esta realidad se suma la presión de los aranceles internacionales, la inestabilidad geopolítica y un cambio generacional en el consumo: los jóvenes demandan menos vino y buscan productos alternativos.

En este escenario, el cambio climático se posiciona como una de las mayores amenazas para la viña europea, obligando a productores y distribuidores a replantear estrategias y diversificar su oferta.

Denominaciones de origen: un refugio de calidad

Dentro del complicado panorama francés, las denominaciones de origen protegidas (AOP) logran resistir. Su producción se estima en 16,6 millones de hectolitros, un 10% más que el año pasado, aunque todavía por debajo de la media histórica.

En cambio, los vinos sin indicación geográfica y los destinados a aguardientes registran los descensos más acusados.

Un futuro que redefine el equilibrio del vino

La situación actual no solo reordena el mapa mundial del vino, sino que también subraya la fragilidad del sector frente al cambio climático y los hábitos de consumo.

España podría aprovechar esta coyuntura para consolidarse como referente, pero la sostenibilidad y la adaptación a las nuevas tendencias serán claves para mantener ese lugar en el futuro.

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