
8 vinos típicos para acompañar platos de mariscos y pescados
Recomendaciones de vinos que maridan bien con platos de mariscos y pescados, resaltando sabores frescos y equilibrados para disfrutar mejor cada bocado.
La tradición gastronómica del mar siempre ha estado ligada al vino. Desde Galicia hasta el Mediterráneo, los viñedos cercanos al mar han inspirado estilos frescos y con acidez vibrante, ideales para potenciar pescados y mariscos.
Elegir un vino adecuado no es solo una cuestión de costumbre, sino de equilibrio sensorial. Los platos de mariscos y pescados requieren vinos que limpien el paladar, realcen la textura del producto y aporten frescura sin enmascarar sabores delicados.
1. Albariño de Rías Baixas
El Albariño es el referente por excelencia en España cuando se trata de maridar mariscos y pescados. Procedente de la DO Rías Baixas, este vino blanco destaca por su acidez fresca, notas cítricas y un marcado carácter atlántico. Su perfil aromático recuerda a manzana verde, melocotón blanco y flores, lo que lo convierte en un aliado perfecto para mariscos como mejillones, almejas y percebes.
La mineralidad que aportan los suelos graníticos y la influencia del océano Atlántico hacen que el Albariño acompañe bien incluso a platos más grasos como la lubina al horno o el rodaballo a la parrilla. Además, su ligereza en boca lo convierte en un vino versátil para mesas donde se combinan diferentes tipos de pescado y marisco. Es un imprescindible en la mesa costera gallega.
2. Verdejo de Rueda
El Verdejo, originario de la DO Rueda, se caracteriza por su frescura y notas herbáceas, con recuerdos de hinojo y fruta tropical. Su buena acidez y su final ligeramente amargo lo convierten en un acompañante excelente para pescados blancos como la merluza, así como para mariscos de concha como berberechos o navajas.
Este vino, que ha ganado gran popularidad en España, también combina de forma notable con platos de mariscos y pescados a la plancha, ya que equilibra la sencillez de las preparaciones con su carácter expresivo. En el mercado actual, el Verdejo es sinónimo de calidad-precio accesible y maridajes frescos, ideal tanto para comidas informales como para cenas sofisticadas.
3. Godello del Bierzo y Valdeorras
El Godello, cultivado principalmente en el Bierzo y Valdeorras, es un vino blanco elegante y con cuerpo que aporta una acidez equilibrada y un final largo. Sus notas de pera, albaricoque y cítricos lo convierten en una opción ideal para pescados grasos como el salmón o el atún rojo.
Además, su paso por barrica en algunas elaboraciones le da complejidad, haciéndolo perfecto para platos elaborados como una caldeirada gallega o una zarzuela de marisco. Este vino muestra cómo los blancos españoles han evolucionado hacia estilos más sofisticados que compiten en el mercado internacional. Su estructura lo hace distinto frente a los blancos ligeros, ofreciendo versatilidad en la mesa.
4. Txakolí del País Vasco
El Txakolí es un vino blanco joven y ligeramente efervescente, producido en el País Vasco bajo las DO Getariako, Bizkaiko y Arabako Txakolina. Con su marcada acidez y notas cítricas, este vino resulta ideal para ostras, anchoas y sardinas, platos muy vinculados a la tradición costera vasca.
Su frescura y su ligero carbónico limpian el paladar y potencian los sabores marinos más intensos. El Txakolí también acompaña muy bien al bacalao al pil-pil o a la marmita de bonito, integrándose en la identidad gastronómica del norte. La recuperación de este vino en las últimas décadas lo ha situado como una joya de la viticultura atlántica española.
5. Sauvignon Blanc del Valle del Loira
El Sauvignon Blanc, especialmente el procedente de Sancerre o Pouilly-Fumé en el Valle del Loira, es un clásico para maridar platos de mariscos y pescados. Sus notas de grosella espinosa, lima y hierba fresca se equilibran con una mineralidad característica que lo hace perfecto para mejillones al vapor, ostras y pescados blancos.
Su fama internacional lo convierte en uno de los blancos más solicitados en mesas gastronómicas. La precisión y frescura de estos vinos ofrecen un contraste armónico con platos de cocina ligera y refinada. Además, su versatilidad permite acompañar tanto recetas tradicionales como creaciones modernas de alta cocina.
6. Chardonnay de Borgoña
El Chardonnay de Borgoña, en sus versiones más elegantes y frescas, aporta notas de fruta blanca, mantequilla y un sutil toque mineral. Es un vino ideal para pescados al horno, como la dorada o la merluza, y mariscos gratinados como las vieiras.
En las elaboraciones con crianza, el Chardonnay borgoñón desarrolla complejidad y volumen en boca, lo que lo hace adecuado para platos de mariscos con salsas cremosas. Se trata de uno de los blancos más valorados a nivel internacional, y su diversidad de estilos permite un maridaje amplio y sofisticado.
7. Cava Brut Nature
El Cava, especialmente en su versión Brut Nature, es una excelente elección para maridar mariscos y pescados. Su frescura, burbuja fina y acidez equilibrada lo convierten en el compañero perfecto de gambas a la plancha, langostinos y pescado frito.
Los cavas elaborados en la DO Cava, mayoritariamente en Cataluña, han ganado reconocimiento internacional por su calidad. Además, el espumoso resalta la textura crujiente de las frituras y aporta ligereza a la mesa, siendo un vino festivo y gastronómico a la vez.
8. Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda
La Manzanilla, un vino generoso elaborado en Sanlúcar de Barrameda, es uno de los maridajes más tradicionales con mariscos y pescados en España. Su carácter seco, salino y ligero lo convierte en la pareja perfecta para langostinos de Sanlúcar, tortillitas de camarones o pescado frito andaluz.
El velo de flor que se forma durante su crianza biológica aporta matices únicos que evocan el mar, reforzando su conexión con la gastronomía costera. Reconocida dentro de la DO Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar, es un vino que encarna tradición y territorio.
Una mirada al trasfondo vinícola
La relación entre vino y marisco tiene raíces históricas en España y Europa. Regiones como Galicia, Andalucía y el País Vasco han vinculado durante siglos sus vinos a la riqueza del mar. Las denominaciones de origen que protegen Albariño, Manzanilla o Txakolí han reforzado este patrimonio, consolidando un mercado que valora frescura, autenticidad y calidad.
Hoy, la tendencia internacional respalda los vinos con identidad de origen, situando a España como uno de los referentes para maridar platos de mariscos y pescados. El consumo creciente de blancos frescos, espumosos y generosos refleja el interés por maridajes versátiles y equilibrados. Estas tradiciones no solo aportan sabor, sino también valor cultural y económico al sector vitivinícola.
Puntos clave:
- Albariño, Verdejo y Godello destacan entre los blancos españoles.
- Txakolí, Sauvignon Blanc y Chardonnay ofrecen frescura y elegancia.
- Cava y Manzanilla son aliados perfectos para mariscos y pescados fritos.
Los mejores vinos para maridar con mariscos

Un viaje de sabores
Explorar vinos para platos de mariscos y pescados es descubrir un abanico de opciones que van desde lo fresco y ligero hasta lo complejo y estructurado. No existe un único maridaje perfecto, sino múltiples caminos para enriquecer la experiencia gastronómica.
Desde los blancos atlánticos hasta los espumosos mediterráneos y los generosos andaluces, cada botella aporta una visión distinta del mar en la copa. Esta diversidad invita a probar, comparar y disfrutar, ampliando el horizonte culinario con cada combinación.
La riqueza cultural detrás de estos vinos también nos habla de tradición, territorio y respeto por el producto. Una mesa donde conviven mariscos y pescados junto a vinos bien elegidos es un reflejo de equilibrio, frescura y autenticidad.
