producción de vino espumoso en Sabor Vino

La producción de vino espumoso en la UE experimenta una caída del 8% en 2023 debido al clima extremo

La producción y exportación de vino espumoso de la Unión Europea sufrió una caída significativa en 2023, con una reducción del 8% en comparación con el año anterior.

Según los datos publicados por Eurostat, la UE produjo 1.496 millones de litros de vino espumoso de uva fresca, con Italia liderando la producción, seguida por Francia y Alemania.

Sin embargo, este descenso se ha visto influido por diversos factores, especialmente las inclemencias climáticas, exacerbadas por el cambio climático, que han impactado negativamente los viñedos europeos.

Italia se mantiene como el principal productor, con 638 millones de litros de vino espumoso elaborados, en su mayoría Prosecco, que sigue siendo el vino espumoso más exportado dentro de la UE.

Este vino italiano ha logrado superar a su competidor más cercano, el champán francés, con una participación destacada en las exportaciones de vino espumoso, representando casi el 50% del total de las ventas fuera de la UE.

A pesar de ser un líder en la producción de vino espumoso, el cambio climático ha golpeado con fuerza a los viñedos italianos. Las lluvias intensas y las sequías prolongadas han afectado la calidad y cantidad de la uva, lo que ha derivado en una estimación de caída de la producción de Prosecco de hasta un 20%.

Este panorama también afecta a otros vinos espumosos europeos, como el cava español, cuya producción se enfrenta a la amenaza de la sequía en las regiones productoras de Cataluña.

Aunque las exportaciones de vino espumoso de la UE a países fuera del bloque también cayeron un 8% en 2023, la demanda de estos productos continúa siendo relevante. En total, la UE exportó 600 millones de litros de vino espumoso, siendo el Prosecco el gran protagonista, seguido por el champán, el cava y otros vinos espumosos europeos.

Para mitigar estos impactos, los productores españoles de cava están pidiendo acciones urgentes, como el desarrollo de planes de regadío y otras soluciones sostenibles, mientras que las autoridades catalanas han anunciado un plan de inversión a largo plazo, que incluye la creación de plantas desalinizadoras para asegurar el suministro de agua en la región.

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