Patatas de Olot
Patatas de Olot: receta tradicional catalana paso a paso

Patatas de Olot

Sabor Vino 27/09/2025 Recetas

Las Patatas de Olot son una de esas recetas que conquistan desde el primer bocado.

Imagina una patata dorada y crujiente por fuera, que esconde en su interior un relleno jugoso de carne guisada lentamente con vino tinto, panceta y especias. Ese contraste de texturas y sabores ha hecho que este plato, originario de la comarca de la Garrotxa, en Cataluña, se haya convertido en un auténtico clásico de la cocina tradicional.

Su historia nos lleva a 1943, cuando en el restaurante La Deu de Olot se creó por primera vez este sorprendente bocado. La receta nació como un encargo especial para agasajar al gobernador civil de Girona, y con el paso de los años ha pasado de ser una curiosidad local a un imprescindible de la gastronomía catalana. Hoy en día, las patatas de Olot no solo se disfrutan en restaurantes, sino que también pueden elaborarse en casa siguiendo la receta tradicional.

El secreto de su éxito está en la doble fritura de las patatas y en la calidad del relleno. Se suelen utilizar patatas Kennebec, conocidas por su equilibrio entre cremosidad y firmeza, perfectas para soportar el relleno y ofrecer una fritura crujiente. El guiso de carne, elaborado con ternera, panceta, brandy y vino tinto, aporta un sabor profundo y reconfortante, que se potencia aún más tras reposar en frío. De esta manera, el relleno adquiere la textura ideal para no deshacerse y mantener la intensidad de los aromas.

Aunque la receta original es la más conocida, hoy existen versiones creativas con mariscos, setas o butifarra, e incluso se comercializan en formato congelado para quienes buscan una solución rápida. Sin embargo, preparar las Patatas de Olot en casa, respetando la tradición, garantiza un resultado único y lleno de sabor.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 2 horas y 30 minutos
  • Tiempo total: 3 horas (más el reposo del relleno)
  • Raciones: 6 (aprox. 30 porciones)
  • Categoría: Plato principal
  • Tipo de cocina: Catalana
  • Calorías por ración: 673 kcal

Ingredientes para las Patatas de Olot

  • 300 g de carne de ternera para guisar en tacos
  • 250 g de panceta en tacos
  • Sal y pimienta recién molida
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla
  • 50 ml de brandy
  • 200 ml de vino tinto
  • 1 tomate maduro
  • 500 ml de agua
  • 600 g de patatas Kennebec (2 patatas grandes)
  • Aceite de oliva para freír
  • 2 claras de huevo

Cómo hacer Patatas de Olot

  1. Salpimentar la carne y sellarla en una olla con aceite de oliva.
  2. Añadir la cebolla en juliana y cocinar hasta que esté dorada.
  3. Verter el brandy y el vino tinto, y dejar reducir.
  4. Incorporar el tomate rallado y cocinar unos minutos.
  5. Cubrir con agua y cocinar a fuego lento 1 hora y 30 minutos.
  6. Triturar el guiso sin hacerlo puré, dejando textura.
  7. Reposar en la nevera (preferiblemente de un día para otro).
  8. Cortar las patatas en rodajas finas y freírlas hasta que estén elásticas.
  9. Rellenarlas con el guiso, sellar con clara de huevo y freír nuevamente hasta dorar.
  10. Servir calientes acompañadas de ensalada fresca.

Maridaje para las Patatas de Olot

Las Patatas de Olot combinan a la perfección con vinos tintos de cuerpo medio que respeten la intensidad del guiso sin enmascararlo. Un vino de la DO Empordà, con notas de frutos rojos y un toque mineral, es ideal para resaltar los sabores de la carne y la patata frita. También funcionan bien un Rioja crianza o un Garnacha catalana, que aportan frescura y equilibrio frente a la untuosidad del plato.

Si se prefiere un maridaje más atrevido, un vino espumoso tipo Cava Brut Nature limpia el paladar y realza el contraste de texturas, ofreciendo una experiencia gastronómica redonda.

Un clásico que sigue sorprendiendo

Preparar Patatas de Olot en casa es revivir una tradición culinaria que ha sabido mantenerse viva desde mediados del siglo XX. Su mezcla de sencillez y sofisticación las convierte en un plato versátil, perfecto tanto para una comida familiar como para una ocasión especial.

Con un buen vino, este bocado catalán demuestra por qué sigue siendo uno de los grandes referentes de la cocina de la Garrotxa.

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