
Salmón al horno con limón y eneldo
Una receta sencilla que enamora a los amantes del pescado.
El salmón al horno con limón y eneldo es una de esas recetas que lo tiene todo: rápida, sabrosa, ligera y perfecta para lucirse sin complicaciones. El toque cítrico del limón realza la intensidad del Salmón Noruego, mientras que el eneldo aporta frescura herbal, logrando una armonía única.
Ideal para quienes buscan comer saludable sin renunciar al placer de un plato bien hecho.
Ingredientes (para 2-3 personas)
- 600 g de lomos de Salmón Noruego fresco, sin piel ni espinas
- 1 limón en rodajas finas
- 2 ramitas de eneldo fresco
- 50 g de mantequilla
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra al gusto
Paso a paso: salmón jugoso y lleno de aroma
- Precalienta el horno a 175 °C mientras preparas el pescado.
- Engrasa una fuente para horno con aceite de oliva y coloca los lomos de salmón.
- Salpimenta el salmón generosamente.
- Cubre los lomos con rodajas de limón y el eneldo picado.
- Añade cubitos de mantequilla por encima para lograr una textura suave y fundente.
- Tapa la fuente con papel de aluminio y hornea durante 20 minutos.
- Sirve caliente, idealmente acompañado de patatas hervidas o verduras al vapor.
Maridaje: ¿Qué vino combina con el salmón al horno?
Para este plato suave pero aromático, el vino blanco es el aliado ideal. Un Albariño gallego funciona a la perfección gracias a su acidez y notas cítricas que realzan el limón y limpian el paladar. También puedes optar por un Chardonnay joven sin barrica o un Riesling seco, ambos con la frescura y ligereza necesarias para no opacar al salmón.
¿Te animas a un maridaje más atrevido? Prueba un rosado provenzal, ideal si sirves este plato como parte de una cena más completa.
Placer saludable en cada bocado
Esta receta de salmón al horno con limón y eneldo no solo es deliciosa, también es una opción perfecta para quienes buscan comer sano sin complicaciones. Rica en omega-3, baja en carbohidratos y lista en solo 20 minutos, es una alternativa ideal para cenas ligeras o comidas especiales entre semana.
El secreto está en la sencillez: buenos ingredientes y una cocción justa. Acompáñala de una copa de buen vino y convierte cualquier comida en una experiencia para recordar.
